Atendieron a sus hijos mientras se encargaban de los huertos y el ganado, hacían carbón y cuidaban a sus mayores. Sin ellas la comarca en la que todavía habitan habría dejado de existir. Lo cuentan en Las Hurdes: Tierra de Mujeres, una exposición y un libro que recogen los rostros y el relato de 27 mujeres, de entre 80 y 100 años. Ellas forman un mosaico de lo que fue la vida en aquellos años y aquel territorio, símbolo de la España rural, ahora vacía.
Estas fotos y estos textos quieren ser un antídoto contra el alzheimer de una sociedad que tiende a olvidar su pasado. Lo explica la portada: una niña acaricia a su abuela, sonriente, aunque con la mirada perdida; la pequeña tiene 12 años y la mujer 88. La niña observa con ternura a la abuela en silencio. Ella no puede recordar su propia historia, pero el mimo de la nieta expresa su más íntimo reconocimiento.
La exposición y el libro quieren expresar la gratitud que merecen las mujeres de Las Hurdes y asegurar que el testimonio de su vida se conserve. Sin ellas esa tierra y sus habitantes no serían lo que son; tal vez, ni siquiera serían.
“Los jamones se vendían a cambio de tocino, porque la grasa se ponía en el pan o en las patatas”..
“Cuando íbamos a recoger el estiércol, se mezclaba con los erizos de los castaños y pinchaba que no veas…”.
“A mediodía comíamos nuestras patatinas y por la noche mi madre asaba dos calbocheros de castañas”.
“Íbamos descalzas por el monte con los chivos. Con las hojas verdes de los castaños yo hacía la forma de la zapatilla y con los espinos de los erizos las cosía”.
“Mi madre murió cuando yo tenía 7 años. Ni mi padre ni yo fuimos al entierro. No teníamos un duro”.
“Mi madre me recogió del hospicio nada más nacer; cuando me trajo todavía no se me había caído el ombliguino”.
“Cuando tenía año y medio murió mi madre. Y mi madre muere hoy y mañana mi padre se va a la guerra”.
“De niña, con el vestidino y la camisina en invierno, ya estábamos arregladas. ¡Menudo frío pasábamos!”
“El hijo más chico se me murió con 2 años de bronquitis; otro, de 3 años, de sarampión, y el mellizo, ya destetado también, de meningitis”.