Sumario

Territorios sostenibles

Valles alaveses rurales y verdes: la comarca de Añana

Jone Fernández Landa, directora de Desarrollo Rural, Litoral y Políticas Europeas del Gobierno Vasco; Teresa Andrés, técnica del Área de Desarrollo Territorial de la Fundación HAZI y de la ADR Añana

Una mirada optimista al futuro
Añana bulle. Múltiples iniciativas

Fotografías: Mikel Arrazola / Teresa Andrés / Fundación Valle Salado

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La presencia de enclaves tractores, con gestión específica de valores y recursos, son fundamentales en todo territorio. En Añana destacan el Parque Natural de Valderejo, el Valle Salado de Añana y el resto de espacios de la red Natura 2000, que suponen un porcentaje notable de su territorio. El apoyo a las dinámicas de estas figuras de protección son determinantes para la consecución de objetivos de sostenibilidad, ya que en estos espacios el equilibrio entre conservación y desarrollo es especialmente frágil.

El Valle Salado supone para Añana un nombre que el mundo reconoce, un núcleo caliente de actividad turística, social y productiva y un referente internacional en gestión de salinas de interior. Por todo ello, en el año 2017 multitud de entidades apoyaron la candidatura del Valle Salado de Añana para su inclusión en los Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) de la FAO, lista a la que hoy orgullosamente ya pertenece.

Añana bulle, no tiene ninguna intención de pasar a ser territorio vaciado. Así, múltiples marcos de trabajo e iniciativas emergen en los ámbitos más diversos: cultura, socioeconomía, medio ambiente, etc. En torno a esta comunidad se conforma la Asociación de Desarrollo Rural Añana (ADR Añana), entidad socia del Grupo de Acción Local Mendinet (responsable de la gestión de las ayudas LEADER en Euskadi).

En esta ADR están representadas entidades públicas y privadas de Añana y su fin es fomentar la multifuncionalidad y la sostenibilidad de un medio rural vivo y prometedor. Para ello se tiene como marco estratégico de referencia el Programa de desarrollo rural comarcal 2015-2020 elaborado con enfoque bottom-up y cuyo despliegue se ejecuta a través de planes de gestión anuales. De esta manera las acciones que se abordan cada año responden a una estrategia compartida y contribuyen a alcanzar los objetivos identificados en el mencionado programa.