Garantizarse una semilla ecológica es imprescindible si queremos hacer agricultura que merezca ese apellido. El próximo reglamento europeo de producción ecológica exigirá que esté certificada y que se haya producido en condiciones adecuadas. Estos cambios preocupan a un sector que no deja de crecer todos los años, pero al que la falta de semillas certificadas de algunas especies y variedades, y de información para pasar de agricultura tradicional a ecológica, puede suponerle un freno en su desarrollo.
Las cifras indican que el sector ecológico crece todos los años en España en superficie cultivada, en empresas transformadoras, en oferta de productos y en consumo. Hay en nuestro país 44.282 operadores de agricultura ecológica, si los contabilizamos por el CIF. La superficie dedicada a este tipo de cultivo es de 2.246.474 ha, la primera de Europa y la cuarta del mundo, por detrás de Australia, Argentina y China. Andalucía supone el 51 % de dicha superficie en España según la Estrategia para la Promoción de la Producción Ecológica 2018-2020 del MAPA.
Como consumidores destinamos 2.178 millones de euros de estos productos al año en España, 46,61 € por persona. Además, se importan otros 1.050 millones de euros más. La producción ecológica mundial alcanzó en 2015 un valor estimado de 75.000 millones de euros, según los datos del MAPA. Todo parece indicar que hay mercado interno y externo porque hay demanda y hay necesidad de estos productos para las empresas transformadoras, que crecen lentamente.
En esta finca experimental con cereales de secano de la Higueruela (Toledo) participa el grupo operativo Ecopionet.
Vinificar con levaduras extraídas de la pruina de las propias uvas es una práctica creciente en la viticultura ecológica.